INMMADUREZ SENSORIAL
La inmadurez sensorial es una de las características comunes en las personas con autismo. Afecta la capacidad de procesar y responder a los estímulos sensoriales, como el sonido, la luz, el tacto, el olfato y el gusto. Esta condición puede tener un impacto significativo en la vida diaria de las personas con autismo.
La inmadurez sensorial puede manifestarse de diferentes maneras en cada persona con autismo. Algunas personas pueden ser hipersensibles a ciertos estímulos, mientras que otras pueden ser insensibles a ellos. Por ejemplo, una persona con autismo puede ser muy sensible al sonido y sentirse abrumada en un ambiente ruidoso, mientras que otra persona puede no reaccionar a los sonidos fuertes en absoluto.
Esta condición puede dificultar la comunicación y la interacción social de las personas con autismo. Por ejemplo, si una persona es hipersensible al tacto, puede evitar el contacto físico con otras personas, lo que puede afectar su capacidad para establecer relaciones sociales. Además, la inmadurez sensorial también puede afectar la capacidad de las personas con autismo para procesar información y aprender nuevas habilidades.
Es importante tener en cuenta que la inmadurez sensorial no es una discapacidad en sí misma. Sin embargo, puede ser un factor que contribuye a los desafíos que enfrentan las personas con autismo. Por lo tanto, es importante que los profesionales que trabajan con personas con autismo comprendan cómo la inmadurez sensorial puede afectar su vida diaria y proporcionen apoyo adecuado.
Hay muchas estrategias que pueden ayudar a las personas con autismo a manejar la inmadurez sensorial. Por ejemplo, se pueden utilizar técnicas de terapia ocupacional para ayudar a las personas a desarrollar habilidades sensoriales y mejorar su capacidad para procesar estímulos sensoriales. Además, se pueden hacer ajustes en el ambiente para reducir la exposición a ciertos estímulos sensoriales o proporcionar herramientas de apoyo, como auriculares con cancelación de ruido.